jueves, 29 de diciembre de 2011

El objeto de la traducción: la equivalencia funcional

En su obra titulada After Babel. Aspects of language and translation[1], George Steiner afirma que no existen “teorías de la traducción”, y que lo más que cabe esperar es una descripción razonada del proceso. Continúa diciendo que “las lenguas parecen resistirse mucho más de lo que se esperaba inicialmente a la racionalización, así como a los beneficios de la homogeneidad y la formalización".

En varias de sus obras de lingüística y semiótica, Umberto Eco repite, “un texto es una máquina concebida para provocar interpretaciones”[2].  Esta afirmación es un elemento básico para un estudio apropiado del objeto de la traducción. Que las palabras, frases y textos suelen expresar algo más que su sentido literal es un fenómeno comúnmente aceptado. La mera equivalencia de significado (si pudiera definirse y utilizarse un concepto tan oscuro) no puede tomarse como un criterio satisfactorio para una traducción correcta, porque la traducción no sólo está vinculada a la competencia lingüística, sino también con la competencia intertextual, psicológica, contextual, cultural y narrativa. Por ejemplo, Eco se refiere a una posible redacción alternativa de la expresión “buenos días” que uno utiliza cuando se encuentra con alguien, y que podría formularse en los siguientes términos: "De acuerdo con el uso fático[3] del lenguaje, y por razones de cortesía, le deseo un día agradable”. Pero resulta evidente que el destinatario no percibiría ambos mensajes de la misma manera.

Las cosas se complican aún más cuando se trata de traducir. Todos los lingüistas convienen en que las formas léxicas o sintácticas que expresan conceptos en un idioma casi nunca cuentan con homólogos léxicos o sintácticos exactos en otro idioma, y que la estructura de un idioma difiere de esta y otras muchas maneras de la estructura de otro, por lo que la traducción nunca puede reducirse a la sustitución mecánica de un conjunto de formas léxicas y gramaticales de un idioma por otro conjunto en el otro idioma.  La similitud del significado, que sería uno de los objetivos de la traducción como tal,  sólo puede determinarse a través de la interpretación, y la traducción no es más que una modalidad específica de la interpretación. Como señala David Savan, las traducciones interlingüísticas no se refieren a una comparación entre los dos idiomas, sino a la interpretación de dos textos en dos idiomas distintos.[4]

Al hacer la labor de traducción, el traductor tiene que tomar decisiones constantemente a fin de lograr lo que Mason llama una “equivalencia funcional”, que significa que la traducción debe generar en el idioma de llegada el mismo efecto que pretende lograrse en el idioma original.[5]

A fin de entender qué es lo que transmite un texto, es decir, lo que el traductor tiene que traducir, Umberto Eco propone el siguiente esquema.[6]

SISTEMA
TEXTO
forma del contenido
esencia del contenido: sentido de un texto determinado
sentido de un término concreto en ese contexto
forma de la expresión
forma gramatical y estilística del discurso
esencia de la expresión

Eco recurre a este esquema para poner de manifiesto las diferencias existentes entre los valores estilísticos y la sustancia expresiva, y para explicar que la retórica reconoce figuras de contenido en las que la sustancia de la expresión no resulta pertinente  (‘une chaleur froide’ se traduce muy bien empleando las palabras “un calor frío”), pero que la sustancia de la expresión adquiere importancia en la mayoría de las figuras de expresión (‘hace frío’ no puede traducirse por ‘it makes cold’ sino por ‘it is cold’).
En este sentido, puede decirse que la traducción se basa en la búsqueda de “equivalencias funcionales” que requieren a la vez competencia lingüística, intertextual, contextual, narrativa y psicológica.



[1] G. Steiner, After Babel. Aspects of language and translation, (primera edición de 1975, reeditado en 1998 por Oxford University Press).
[2] U. Eco, I limiti dell'interpretazione (Bompiani, Milán, 1990).
[3] Fático: utilizado para transmitir sociabilidad en general más que para comunicar un significado específico. Aunque el término no está en el DRAE, es de uso común entre los lingüistas y figura en diversos diccionarios inglés/español (por ejemplo en el Collins Spanish Dictionary, 6ª edición, 2000). 
[4] D. Savan, An introduction to C.S. Peirce's Full System of Semiotic, Monograph Series of the Toronto Semiotic Circle n° 1 (Toronto University, 1988).
[5] I. Mason, "Communicative/Functional Approaches" en M. Baker (director de la publicación.), Routledge Encyclopedia of Translation Studies (Routledge, Londres, 1998).
[6] U. Eco, Experiences in translation (University of Toronto Press Inc., Canadá, 2001), pág. 84.

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