viernes, 6 de enero de 2012

Europa, otro Estado fallido



La reciente evolución de la economía internacional ha puesto a los europeistas frente a sus propias contradicciones internas.

Con la crisis financiera, se ha puesto en marcha una dinámica de “Estado fallido” similar a la existente en Somalia. La Sra. Merkel y el Sr. Sarkozy se han transformado en auténticos “señores de la guerra” en una economía europea en plena “guerra civil”; la munición empleada son las declaraciones de intenciones de la una y el otro. Ella dice que su país no pagará el coste de los desmanes presupuestarios de los “señoritos” España, Irlanda, Italia, Grecia y Portugal, y él que hay que proceder a los rescates cuanto antes y crear un “nuevo orden económico internacional”.

Como en Somalia, las víctimas son los civiles inocentes que, sin comerlo ni beberlo, se encuentran en medio del fuego cruzado. El resultado del enfrentamiento: el sistema bancario europeo sigue inmerso en la mayor crisis de confianza que se haya conocido nunca, de modo que los bancos prefieren mantener depósitos en el BCE antes que prestar en el mercado interbancario; la actividad bancaria se está resumiendo a pedir prestado al BCE al 1 por ciento para luego comprar deuda pública entre el 2 por ciento (Alemania) y el 7 por ciento (Italia), creando así una crisis de liquidez que está resultando letal para la actividad económica de la zona euro; salvo en Alemania, las tasas de paro están subiendo en todos los países de la eurozona; el impulso económico derivado de las exportaciones se está desvaneciendo a medida que la crisis se extiende a los grandes países importadores (China e India); la paranoia económica comienza a traducirse en una confusión política de la que nada bueno cabe esperar; la supervivencia del euro como moneda común se cuestiona cada vez más, y la Unión Europea está desapareciendo del escenario internacional en favor de Alemania.

Como decía el articulista P.A. en la revista Índice, allá por los setenta, “Europa es una posada de pícaros, donde cada uno come de lo que trae, siempre que no se lo robe otro comensal”. Resulta cada vez más evidente que, tanto Alemania como Francia, lo único que buscan es atenuar el impacto de la insolvencia de los PIIGS sobre sus propias economías y, una vez logrado este objetivo, que cada palo aguante su vela… Lo malo es que parece que palo y vela van a consumirse en la hoguera de los mercados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario