lunes, 2 de enero de 2012

Reseña del libro "¿Por qué importan las humanidades? Un enfoque de sentido común"

Esta obra, de gran interés para intelectuales en general y docentes en particular, no ha sido traducida aún al español. Lo cual es una verdadera lástima. El libro[1] ha sido publicado por la Universidad de Texas en su colección de estudios culturales, teoría crítica y estudios literarios. El autor, Frederick Aldama, es profesor de inglés y estudios comparativos en la Universidad del Estado de Ohio, y es autor de seis libros anteriores, incluida la obra ganadora del Premio de la Modern Language Association (MLA) titulada “Dancing With Ghosts: A Critical Biography of Arturo Islas”.

Según la crítica estadounidense, se trata de uno de los ejercicios de lectura más versátiles, claramente redactado y filosóficamente penetrante de la política norteamericana en materia de raza y universidad que uno pueda encontrar. En nombre de un ‘nuevo humanismo‘ basado en la lucha individual, el autor recurre a su experiencia como docente para hacer una recapitulación convincente del concepto del ‘yo’ basado en la neurociencia y la biología evolutiva. Se trata de una obra sintética e interdisciplinaria en la que se expone una visión de las humanidades como un campo abonado en toda su extensión por la reflexión científica.

En este estudio, Aldama alude a una reconstrucción de la lucha del pensamiento oscurantista contra el pensamiento científico, y más concretamente a los anteriores paradigmas postestructuralistas en el estudio de la literatura poscolonial latinoamericana, étnica y sudasiática de los Estados Unidos, utilizando fundamentalmente, aunque no exclusivamente, las herramientas que proporcionan la narratología y la ciencia cognoscitiva para estudiar la manera en que los autores han reubicado identidades y experiencias que se inscriben en las tradiciones literarias poscoloniales, y se dirigen a lectores que se adscriben no sólo a las tradiciones citadas, sino también a otras muchas y muy diferentes. En este contexto, sugiere que, para el estudio de la literatura poscolonial, sería útil (e interesante desde el punto de vista científico) abordar la cuestión dentro del paradigma de la literatura mundial, teniendo presente en todo momento que el análisis literario resulta tan amplio como la propia literatura, en cuanto que puede contener todo tipo de enfoques y evaluaciones, incluidas, por supuesto, las evaluaciones políticas.

Sin embargo, reconoce que una obra de ficción, la crítica de un libro o una teoría literaria que se ocupen de la política nunca pueden convertirse en algo similar a la práctica organizada y real de la política. También indica que el "yo" no es una construcción conceptual, configurada a partir de la nada, sino un agente material capaz de modificar la realidad y de verse modificado por ella en circunstancias que se inscriben específicamente en el tiempo y el espacio. En consecuencia, al formular este planteamiento, nos propone utilizar instrumentos útiles para avanzar en nuestros esfuerzos literarios y humanistas, ya que se trata de la formulación de unas hipótesis que son susceptibles de verificación o refutación empírica, y abre la puerta a la posibilidad de verdaderos programas de investigación. Así pues, nos recuerda que la historia desempeña en particular un papel primordial. Dado que la cosmología, la física, la biología molecular, la genética, la paleontología, la psicología, la sociología, la economía, la historia y la mayor parte de las demás disciplinas científicas tratan del tiempo, del cambio y de la evolución son, en consecuencia, disciplinas históricas en sentido estricto. En el caso del ser humano y de la humanidad en su conjunto, todas las ciencias muestran que cada uno de nosotros somos, a la vez y de manera inseparable, producto y artífice de nuestra existencia biopsicosociológica e histórica. Al igual que otros muchos antes que él, destaca que resulta científicamente estimulante reconocer el hecho de que, desde la antigua división de la sociedad en clases sociales antagonistas, la lucha contra la opresión y la explotación ha sido permanente.

El autor afirma que, en la actualidad, esta división adopta la forma histórica específica de un sistema de dominio de clase basado en la propiedad privada de los principales medios de producción (en manos de una minoría de familias) y en la explotación de la inmensa mayoría de los habitantes del planeta. Debido al creciente salvajismo que genera este sistema, lo que está en juego es la propia supervivencia de la raza humana, y es deber de la humanidad proseguir la lucha para lograr una sociedad sin clases, esto es, una sociedad en que la población mundial se vea libre de la opresión y la explotación debido a que la riqueza deje de producirse, distribuirse, intercambiarse y consumirse con arreglo a los requisitos previos e insaciables de la obtención de beneficios y la acumulación del capital, propios de una sociedad capitalista.

En este libro, el autor reflexiona sobre la música, el cine, la literatura, la traducción, la modernidad, el lenguaje, la cultura, el papel que desempeñan los fenómenos culturales en el mundo, la justicia y el papel del docente/intelectual en el aula y en la sociedad en general. Propone por encima de todo una visión crítica de los temas que afectan a las humanidades. Los argumentos y conclusiones de un capítulo se enlazan con los debates de otro y, así, el resultado es un prisma de análisis y motivos configurado por la luz materialista y humanista que se arroja sobre cada uno de los temas tratados en particular, y sobre todos ellos en general.

Se trata de un enfoque materialista del yo y de todo aquello que extraemos de nosotros mismos en nuestro proceso de transformación de la naturaleza - una naturaleza que a su vez nos transforma. El libro trata de mostrar claramente a docentes, estudiantes y lectores curiosos por igual que existen distinciones que suponen una diferencia cuando hablamos de ideas, cultura, historia y sociedad; que cada una de ellas reviste importancia, aunque de maneras notoriamente distintas, a efectos de nuestra disposición de las condiciones materiales, culturales y sociales que constituyen nuestra realidad presente y futura.

En este impulso materialista, humanista y anti-idealista, existe una firme voluntad de tratar de aclarar la correspondencia entre nuestras afirmaciones y la realidad. El libro hace suyos la defensa de los logros obtenidos por la humanidad en su andadura, y el afán por demostrar que las condiciones materiales y sociales del futuro dependen de los trabajos, las luchas y los logros de los pueblos de todo el mundo. También es una reafirmación de conceptos esforzados, fieles, contrastados y que tanto se echan de menos como son la verdad, el bien y la belleza, y de otros conceptos y categorías como el tiempo, el espacio, la sustancia, la cantidad, la calidad, la relación, la posición, la posesión, la acción y la pasión.

El enfoque histórico, científico y pragmático que aplica Aldama a las cuestiones que trata resulta útil y, en muchos momentos, convincente, y su interés para alimentar la reflexión es indudable.



[1] Why the humanities matter : A common sense approach, Frederick Luis Aldama, University of Texas Press, Austin, 2008. ISBN 978-0-292-71798-5. Véase también el sitio web del autor en http://www.frederickluisaldama.com/

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