Nuestra economía se encuentra en una coyuntura
catastrófica por mor del refrán "de aquellos polvos vienen estos
lodos". La desmembración política, económica, social y cultural del estado
nos ha situado al borde de la quiebra como economía y como nación. La
dependencia financiera de nuestros bancos y empresas nos está poniendo en
manos de nuestros directos competidores.
La única salida viable es un pacto de estado
PP/PSOE del que salga un acuerdo sobre los próximos presupuestos, y de ambos
partidos con el Rey sobre las indispensables reformas de la Constitución, todo
ello seguido de un adelanto de las elecciones al año que viene o al siguiente (la disolución del Gobierno y de las Cortes es obligada en el proceso de convocatoria de un referéndum para reformar la Constitución).
Parece claro que el PP será el encargado de proponer y aplicar unos y otras, y que éste es el "último cartucho" del PSOE
para demostrar su disposición a sacar a los españoles de la crisis y de la
amenaza de la pobreza que se va materializando sobre nuestras cabezas cada día
que pasa.
Y lo malo es que casi no queda tiempo para
actuar, pues los mercados no nos darán más respiros si no actuamos de manera
contundente y clara. Es la hora de los patriotas, y no de los partidos.
Lo que esperamos del PP y del PSOE la mayoría
de los españoles es lucidez para encontrar soluciones, una visión clara para
definirlas y una voluntad firme para aplicarlas. Si uno u otro vuelve a caer en
la tentación de los pactos con los partidos nacionalistas, los mercados nos
darán la puntilla, y nuestro futuro dejará de estar en nuestras manos.
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